miércoles, 17 de febrero de 2016

TIERRA DE CAMEROS

Este relato de viaje a La Rioja es un resumen combinado de varias escapadas a la Sierra de Cameros.

Como ya he comentado en alguna entrada anterior, desde hace varios años acostumbramos a hacer  una escapada de otoño a alguna zona rural. En una de estas mini vacaciones, descubrimos una zona que nos tiene enamorados y a la que hemos vuelto hasta tres veces.  Se trata de la comarca de Cameros, o también Sierra de Cameros, en La Rioja. Y no, no es zona de vinos.
La comarca, situada en la Rioja Media, está a su vez dividida por una cadena montañosa en dos subcomarcas, el Camero Viejo y el Camero Nuevo. Nosotros pasamos nuestras vacaciones en esta última.
El Camero Nuevo está situado en el Valle del río Iregua, que es afluente del Ebro y comparte una mínima parte de su territorio con la provincia de Soria, al sur. Está formado por trece municipios de los cuales, Torrecilla en Cameros actúa como capital. Es zona de tradición pastoril, montañas y bosques y pueblos de piedra y madera. Realmente es una comarca de fácil acceso, ya que está atravesada por la Nacional 111 que conecta Logroño con Soria en alrededor de hora y media. Desde Soria se accede a Cameros a través del Puerto de Piqueras, entrando directamente en el PN de la Sierra Cebollera, el único parque natural de La Rioja.
Esta es la zona que solemos recorrer cuando estamos en Cameros:


Nuestro campo base siempre es El Rasillo de Cameros. Para acceder hay que abandonar la carretera nacional y entrar en la sierra por la LR-253. No es extraño que fuésemos a parar aquí, ya que éste es el municipio con más oferta de alojamiento de la zona y la mayor parte de su población, unos 150 habitantes, vive del turismo. Es un precioso pueblo de casas y pendientes de piedra, rodeado de bosques  y praderas.  En el centro, a los pies de la iglesia parroquial Nuestra Señora de las Heras, encontramos un árbol muy querido y protegido debido a su vejez: el olmo centenario del Rasillo, con 400 años a sus espaldas. Saliendo del pueblo por la Avenida de San Mamés, llegamos a la ermita románica del mismo nombre, en un paseo de unos minutos.                                
 A escasos quilómetros encontramos el embalse González Lacasa. Es accesible tanto en coche como andando, gracias a la Senda Verde que parte de los pies del pueblo y que lleva directamente a él. En el embalse, el Club Náutico del Rasillo, ofrece restaurante y posibilidad de practicar varios deportes acuáticos  (nosotros siempre hemos ido a finales de otoño, así que nunca los hemos disfrutado).
Nos alojamos en la Casa Rural El Olmo. La primera vez fuimos sin conocerla y ya no hemos querido cambiar. Reservamos siempre un apartamento para 2/3 personas que está en la planta baja, pero además ofrecen habitaciones con desayuno incluido y alquilan el ático. Los propietarios, Blanca y Rufi, se encargan de sus clientes como si de su familia se tratase. Tiene un precioso jardín con vistas al embalse, donde tomar el sol. La casa está en la carretera, no en el pueblo, pero a una distancia de 5 minutos andando, allí todo está cerca. A nosotros nos gusta pasar el día fuera, cenar pronto en casa y después acercarnos al pueblo andando por la carretera absolutamente silenciosa, para ir a tomar “la última” en uno de los tres bares que hay alrededor de la plaza. 


El Rasillo de Cameros, Noviembre de 2013
Iglesia de El Rasillo, Noviembre de 2014

El entorno natural en otoño es absolutamente alucinante. Los bosques de pinos y robles se tiñen de cientos de tonos marrones, ocres, verdes, amarillos… Nuestra actividad estrella (quizás no deberíamos contarlo aquí) es salir de buena mañana con las botas de montaña y volver a casa cargados de setas. Ellos son amantes de los boletus, pero no tanto de los níscalos (rovellons) y solemos cogerlos a manos llenas a dos pasos de la casa.




Alrededor del embalse hay una serie de pueblos que bien merecen una visita. El que más nos gusta a nosotros es Ortigosa de Cameros, por su emplazamiento, la distribución de sus casas, sus callejuelas laberínticas... El pueblo se extiende a ambos lados del valle que forma el río Alberco y sus casas están construidas sobre dos empinadas laderas, formando dos barrios, San Martín y San Miguel. Tradicionalmente ha sido lugar de pastoreo y estas laderas son soleadas y están resguardadas de las inclemencias del tiempo. Ambos barrios están arremolinados alrededor de su respectiva iglesia. Para salvar el río y unir las dos zonas, se construyó el conocido como Puente de Hormigón, la imagen más fotogénica de Ortigosa. La máxima altura que alcanza sobre el Alberco son 60 metros.

Ortigosa de Cameros, Noviembre 2011

Puente de Hormigón de Ortigosa

Otra de las bazas turísticas de este municipio son sus cuevas. Las Cuevas de Ortigosa están bajo el macizo del Encinedo, a la entrada del pueblo, aunque también se puede acceder a ellas por un empinado camino desde la plaza central. Están formadas por dos grutas, de La Paz y de La Viña, y sólo pueden visitarse con guía. Para nuestra pena, están cerradas de Noviembre a Marzo, así que nunca las hemos llegado a visitar.
Como recomendación, es buena idea comer en El Casino, lugar de reunión y tertulia de los habitantes de Ortigosa. Está situado en una esquina de la plaza y ofrece buenos platos típicos de la zona, de esos de cuchara que nos gustan tanto. También recomendamos los patés de El Robledillo, una pequeña empresa agroalimentaria cuya tienda está en el mismo casco urbano.

Acceso a las Cuevas de Ortigosa

Callejuelas, Noviembre 2014


RELATO DE VIAJE A LA RIOJA, por Miriam

No hay comentarios:

Publicar un comentario